miércoles, 26 de mayo de 2010

"Y al ver mis horas de fiebre pasar..." dice una poema de Bécquer


Y en una noche más de insomnio, en esta semana qe llevo sin pegar un ojo no deja de pensar en todo lo qe me rodea...
Ese vacio profundo qe se expande en mi pecho como un agujero negro... se come lo mejor de mi... se alimenta de mi poca alegría, de mi poca existencia, de mi ya no qeda nada... Solo una imagen a penas nítida de lo qe fui alguna vez...
De mi ya no qeda nada, ni uñas, ni piel, ni pelos, no hay alma... no hay nada... De mi qeda esto: un triste lamento, un sufrimiento en palabras...

Mis horas de insomnio me han llevado a Neruda, a Bécquer, a Coelho entre las sabanas. A caminatas en compañía del frió. Me ha llevado a amaneceres entre las hojas de aquel árbol en compañía de aquél banco. Me han retornado a mi soledad.
Mis horas de insomnio me han hecho reconocer qe aqello qe tanto disfrutaba, qe tanto anhelaba ya no me llena, no es nada...
Mis horas de insomnio se deben a la vida. La vida hizo triza mis sueños y entonces acá yo me pregunto una vez más y por última vez: ¿Para qé dormir? sino tengo nada con qe soñar...

Se acerca el día y mi paciencia se agobia, los dolores de cabeza son más intensos, mis ganas de desaparecer más latentes. Se acerca el día y mis ganas de hacerte compañía se multiplican. Es incontrolable este deseo de verte una vez más, sentirte una vez más, cruzar unas palabras una vez más... Te busco en cada amanecer, en cada anochecer, en cada mirada al cielo...


Y acá vamos otra vez... el tiempo se termina... Es hora...

No hay comentarios:

Publicar un comentario